👋🏼, soy Adrián y este es el espacio en el que comparto reflexiones y aprendizajes relacionados con el desarrollo personal y profesional.
Definición de equlibrio:
Estado de inmovilidad de un cuerpo sometido a dos o más fuerzas de la misma intensidad que actúan en sentido opuesto, por lo que se contrarrestan o anulan.
La razón por la que nunca puedes tener un "equilibrio entre trabajo y vida" es que has colocado el trabajo y la vida en contraposición, como extremos de una balanza que necesita equilibrarse para que no se incline demasiado en ninguna dirección.
El término “equilibrio“ como el problema a solventar:
Cambiando el lenguaje que utilizamos en nuestra cabeza, podemos cambiar radicalmente nuestra visión del mundo en los lugares donde más importa.
El problema del "equilibrio entre trabajo y vida privada" es el propio término "equilibrio".
Cuando oímos "equilibrio", pensamos inmediatamente en una dicotomía. Para que dos cosas sean equilibradas, deben estar enfrentadas. Bajar un lado de la balanza debe elevar el otro.
Cuando describimos el trabajo y la vida como cosas que hay que equilibrar, estamos sugiriendo que el trabajo y la vida están enfrentados. Más tiempo o energía dedicados al trabajo significa menos tiempo y energía dedicados a la vida.
La cuestión no es cómo equilibrar el trabajo y la vida, sino cómo crear una relación sana entre el trabajo y las demás áreas importantes de la vida.
Intentar equilibrar como principal generador de frutración y estrés:
Ir a currar, de 8 a 15. Comer un sandwich a las 12:30, pero sin tardar más de 10 minutos. No dejar pasar ni un minuto el reloj al acabar el trabajo, no es lo que toca. Una hora de gimnasio, todos los días, justo antes de que salgan los niños del cole. Recogerlos, ayudarles con los deberes. Cenar, ver tu serie preferida en Netflix o la que estés pagando en ese momento. Dormir y volver a empezar.
Hace años, yo pensé que el equilibrio era eso. Una agenda sin excesos pero también sin descanso. Acomodar todo lo importante en cada día de tu vida para que ninguna faceta de tu existencia se sienta celosa de alguna otra. Pero también impidiendo que cualquier aspecto importante de tu vida pueda pegarse un festival de emociones.
El tiempo me enseñó que lo que buscaba me llevaría a la locura. Perseguía un imposible, y la propia búsqueda del equilibrio desequilibraba mi interior.
Intentar equilibrarlo todo por la vía directa era, para mí, el mayor generador de frustración y estrés que conocía. También el mayor factor limitante para disfrutar lo que realmente deseaba vivir.
Aprendí (y sigo aprendiendo, porque se aprende a golpes) que muchas veces el equilibrio está en los extremos.
Lo que marca tu vida, lo que recuerdas, lo que te hace aprender, lo que te incita a cambiar y crecer son los extremos.
El verdadero equilibrio está en vivir cada momento, cada situación, a su máxima intensidad. Entender lo que tú mente, tu cuerpo, los tuyos y las situaciones requieren en cada momento. Ser capaz de dejarte llevar.
El equilibrio real no es algo cómodo. Viene de saltar de extremo a extremo. Viene de llevar cada faceta de tu vida al máximo, pero sin descuidar nada que sea realmente importante para tí.
— Corti
La mediocridad del equilibrio:
Yo creo que el equilibrio no existe, es decir, parto desde la base de que tú tienes un propósito y unas prioridades y, para estar a medias, no lo estés, mejor una cosa y bien hecha.
Lo difícil es definir cuáles son tus prioridades, hay momentos en los que tengo que estar más presente en la empresa y se lo comunico a mi pareja o a mi familia, y hay veces en las que tengo que estar más presente con mi pareja y familia, creo en ir balanceando, pero estar a medias no va conmigo, o lo haces o no lo haces.
El equilibrio no existe porque si promulgas el equilibrio como tal estás aceptando que puedes vivir una vida mediocre y me niego a ser un mediocre. Es pasar por la vida y decir, bueno ‘un poquito de familia, un poquito de trabajo, un poquito de pareja’ pero, en realidad, ni estás para la familia, ni estás para el trabajo, ni estás para la pareja. Entonces creo mucho en decir, ‘esta etapa va a ser para esto’ y me enfoco en ello, comunicándolo previamente con las personas importantes.
— Danny Saltaren
Los resultados extraordinarios requieren atención y tiempo. Dedicar tiempo a una cosa significa restar tiempo a otra. Esto hace que el equilibrio sea imposible.
[…]
En tu esfuerzo por atender a todas las cosas, todo se queda corto y nada recibe su merecido. A veces esto puede estar bien y a veces no. Saber cuándo hay que buscar el término medio y cuándo los extremos es, en esencia, el verdadero principio de la sabiduría.
La razón por la que no debemos buscar el equilibrio es que la magia nunca ocurre en el medio; la magia ocurre en los extremos.
[…]
Los resultados extraordinarios exigen que establezcas una prioridad y actúes en consecuencia. Cuando actúas según tu prioridad, automáticamente te desequilibras, dando más tiempo a una cosa que a otra. Entonces, el reto no consiste en no perder el equilibrio, porque de hecho debes hacerlo. El reto se convierte en cuánto tiempo te mantienes en tu prioridad.
— The one thing
El fluir y la armonía:
Fluir como contraposición a la búsqueda incesante de un equilibrio.
Hablar de equilibrio es hablar de fuerzas en oposición. Armonía es algo completamente diferente.
¿En qué momento vital estoy? ¿Es un momento en el que puedo dedicarle más horas a mi parte profesional? ¿Es un momento en el que tengo que centrarme en mi familia, amigos o en mi mismo?
La respuesta, es fluida. Varía con el tiempo.
[…]
Todo el discurso suena bonito en la teoría pero es realmente complejo de aplicar en tu vida privada. Especialmente cuando no eres únicamente tú si no que compartes espacio vital con tu pareja, amigos o familia.
Y es que esa armonía propia -o la búsqueda de- puede que genere en esas otras personas estresores, que desequilibren, que no coincidan.
Es ahí donde entran los límites. Una serie de reglas pre-establecidas del juego que tanto tú contigo mismo como con las personas que te rodean defines como espacio seguro.
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